MINDFUL YOGA: Mi experiencia personal

«Llegará a tus manos, en el momento preciso, justo aquello que necesites para seguir con tu evolución»

Encontrarse bien con uno mismo es algo que todo el mundo debería sentir, pero no siempre lo logramos ya que el estrés mal gestionado, ir con prisa en la vida, los problemas, la incertidumbre, etc. nos alejan de sentir eso tan lindo que es conectar con nosotros mismos.

«Aquello que fue lo que menos me gustó en la vida, es aquello en lo que transformé en aprendizaje»

Uno de mis caminos favoritos que me ayuda a equilibrar entre lo que les contaba y lo que quiero realmente en mi vida, es practicar mindful yoga todas las mañanas, todos los días. No hay excusa para no hacerlo hasta hoy : cuando estuve de viaje, cuando me he mudado, cuando desperté tarde. Siempre yoga primero.

La razón por la cuál empecé a buscar satisfacción en mi vida es porque realmente me sentía insatisfecha por ver como la ansiedad y los ataques de pánico hacían de mi lo que querían en cualquier momento del día (sobre todo de noche).

«Bendita ansiedad»

Con ansiedad (antes del yoga) yo: no salía de mi casa de noche, me despertaba de madrugada, quería regresar rápido a mi casa, etc. Además, pocos entendían lo que yo pasaba: familia, amigos, pareja.

Datos adicionales:

  • Mi primer ataque de pánico fue a los 16 años ( honestamente creo que desde antes, solo que no sabía).
  • Un psiquiatra me escuchó 20 minutos (parecía que no le interesaba lo que le decía) y me dio muchas cajas de pastillas naranjas de manera irresponsable (las cuales nunca tomé).
  • En el 2013 leí «El secreto de las 7 semillas» de David Fischman y fue un punto de quiebre en mi vida.
  • Mismo año en el que empecé a trabajar en una consultora de yoga y mindfulness.
  • El primer estilo que practiqué fue «power yoga» y salí con nauseas. Aún no estaba preparada.
  • En el 2016 me puse el reto de «Yoga todas las mañana al despertar» y no lo he dejado hasta la fecha.

Con esto no quiero decir que nunca más tuve insomnio y que todos los malestares desaparecieron al 100%. Lo que sí reconozco es que puedo gestionar mucho mejor estos momentos y, después de un buen tiempo de práctica, empezaron a ser eventuales. Tampoco no es que siempre ande feliz y «volando», muchas veces soy como más «pragmática», orientada a la tarea. Sí puedo ser súper conversadora y otras veces más callada. Tengo días buenos y otros que no tanto. A lo que voy es que soy 100% humana, no le doy la responsabilidad al «efecto del yoga» de «no me funcionas como quisiera», muy por el contrario estoy plenamente agradecida de que se mantenga aquí conmigo y sea uno de los mejores hábitos que he podido traer a mi vida y compartir.

…y ¿Sabes? para mi hacer yoga todas las mañanas es un acto de amor propio. Sabiendo de que el amor propio no es nada místico, es resultado de aquellos actos que hacen posible que gestiones mejor tus recursos, te reconozcas e impulses a por una mejor versión.

Te invito a traer hábitos positivos a tu vida y empieces conectar con aquello que trae bienestar a tu día. ¿Qué te gustaría empezar o retomar?¿Qué necesitas para hacerlo?¿Cuándo vas a darte el tiempo?

Te envío un abrazo.

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