Por mucho tiempo hemos escuchado hablar del ego como algo negativo. Es valioso empezar a darnos cuenta que no tiene un valor negativo ni positivo, mientras esté presente de manera equilibrada. Muchas veces hemos reconocido al ego como sinónimo de egoísmo, relacionando el ego con una ambición. Lo importante es que esa ambición sea bien administrada, para que sea una fuente de inspiración para el progreso y no una obsesión compulsiva de sentir éxito.
Por lo cual, no vamos a satanizar el ego, es importante reconocer desde dónde viene. Muchas veces actuando desde el miedo o inseguridad. Entonces, nos comparamos con frecuencia en vez de mirar inspiración ante nosotros. Desde el lado del amor encontramos la elevada consciencia y felicidad. Desde ahí que decimos que el amor mueve al mundo (ojalá así sea).

Hay algunas preguntas que puedas hacerte para reconocer si estás llevando un ego bien administrado o puedes empezar hacer las cosas mejor:
- ¿Constantemente piensas en lo que te falta y no encuentras razones suficientes para agradecer por lo que ya tienes?
- ¿Con frecuencia estás pensando en el pasado o en el futuro con temor?
- ¿Por tu mente se atraviesan permanentemente todo tipo de dudas, con o sin justificación?
Sí respondiste 3 veces sí, contarte que puedes empezar hacer cambios positivos en tu vida para gestionar mejor este pilar en tu día a día.
- Agradécelo todo. Estar en este momento aquí ya es un milagro.
- Trae a tu mente al momento presente. Realiza una pausa necesaria, conecta con tu respiración y observa belleza de todo ante ti.
- Maneja las dudas y libérate de ellas. Utiliza las dudas a tu favor. Es útil dudar y no creer todo lo que escuchamos, ni asumir que todo lo que pensamos es cierto. Reconocer tu intención.
Es importante tener en cuenta que muchas veces la duda también puede tener origen en el ego. En cambio, nuestra intención no es motivo de duda, es nuestro lado más certero. Una invitación a dejar de racionalizarlo todo y activar nuestra intuición.
En este proceso, reconocer ¿Qué lenguaje utilizo con frecuencia? Por ejemplo, cuantas veces en el día dices: me gustaría, quizá, tal vez… y más. Recuerda que tal como ves, tal como haces y desde ese lugar el resultado.

Una invitación para empezar a sustituir expresiones de duda, por verbos en presente y acción: por supuesto, seguro, afirmativo, lo puedo lograr, quiero, merezco, decreto…
Entonces, ¿Estás administrando bien tu ego? A continuación, quiero compartir contigo 2 acciones claves que puedes empezar a realizar desde hoy:
1.Lista de logros pendientes

Realiza una lista de sueños o logros que dejaste pendientes o inconclusos por mucho tiempo en tu vida. Por ejemplo, puedes empezar la lista de esta manera:
- Alguna vez he dudado poder __________
- Me asusta hacer __________
- No lo he hecho porque ________
Aquí podrás evidenciar tus dudas, miedos, inseguridades, juicios, temores y más. Mirar este proceso desde tu lado de aprendiz con paciencia y amor.
2. La duda de tus creencias

Lista aquellas creencias que te limitan en la vida. Puedes complementar la anterior o realizar una nueva. Vamos a tomar como ejemplo una creencia que escucho con frecuencia:
- «No estoy en capacidad de hacerlo»
Con esta lista, y considerando que todas las creencias son construidas a partir del lenguaje, vamos a realizar el cambio utilizando el mismo canal, haciéndonos preguntas simples:
- ¿Cómo sé que es real lo que creo?
- ¿Qué pruebas hay de que sea así?
- ¿Qué pruebas hay de que no sea así?
- ¿Qué gano creyendo esto?
- ¿De qué me libero cuando dejo esa creencia?
Realiza el cambio de lenguaje por cada creencia. Por ejemplo:
- «Soy una persona capacitada para hacerlo»
Nadie puede gestionar lo que no conoce. Dedícale tiempo a conocerte.
Si quieres saber más herramientas de desarrollo personal y profesional reservar tu primera sesión de coaching gratuita. ¡Estaré feliz de verte!