El liderazgo ha evolucionado con el pasar de los años hacia un liderazgo participativo en donde la persona que asume el rol va más allá de la posición y está al servicio de quienes lo acompañan (no al revés).
La creencia que el buen líder es quien manda y dirige autoritariamente ya no va más. Hoy es reemplazado por el líder orientado al servicio de las personas a todo nivel. Esta realidad nos abre un abanico de posibilidades que será valioso le prestemos atención. En principio, darnos cuenta que asumir el rol va más allá del puesto. Por lo cual, no esperes tener un cargo específico para ser un líder. Puedes hacerte cargo desde ahora desde cualquier frente. Por otro lado, considerar que no es a consecuencia de un factor externo, digamos, alguien externo viene y te dice: «tú eres el líder(jefe de equipo)» y ese factor externo te motiva a recién empezar a trabajar en tus habilidades de liderazgo. Ese es un error frecuente. Puedes empezar desde hoy independientemente de la posición en la que te encuentres. Inclusive si estás sin empleo puedes trabajar en repotenciar tu perfil profesional y personal orientando tu proceso a un liderazgo consciente empezando a liderar a la persona qué te acompaña siempre: tú mismo. Nunca es tarde. Si ya te diste cuenta, este es el mejor momento. Nadie puede gestionar lo que no ve, lo que no conoce.
El experto siempre será necesario pero se vuelve reemplazable si no cuenta con una actitud realmente humana.
A continuación, comparto contigo 2 conceptos claves que nos invita a reconocer cómo han cambiado aquellas teorías del liderazgo moderno y qué podemos empezar hacer mejor desde nuestra posición para repotenciar nuestro perfil personal y profesional en tiempos de cambio:
1. Liderazgo orientado al servicio
Es común encontrar personas que «lideran» basadas en el poder formal que obtienen de un puesto específico. Un poder basado en el miedo es un liderazgo egoísta. En este caso el líder busca, antes que nada, cumplir sus objetivos personales. Este tipo de liderazgo es de corto plazo; no motiva ni genera compromiso ni lealtad en las personas que lo acompañan. Sin embargo, es valioso reconocer que los tiempos han cambiado y cada vez más personas, equipos y empresas apuestan por el líder orientado al servicio que propone poner su labor a disposición de los demás. El líder deja de ser el centro, gestiona su ego, pone en perspectiva sus necesidades personales y piensa en las necesidades de crecimiento y desarrollo de las personas y las impulsa a lograr sus objetivos reconociendo el objetivo en común.
¿Recuerdas algún líder en tu carrera profesional o en tu vida? Probablemente sea aquel que te inspira respeto, gratitud y admiración.
2. Liderazgo con mirada de aprendiz
Estamos en tiempos de cambio y cada vez requerimos de más información para disminuir el margen de error en la empresa o en el rol que desempeñamos. Muchas veces encontramos al perfil que considera saberlo todo, lo que genera un mala gestión del ego y decanta en una persona soberbia que se preocupa por generar una imagen de «perfecto» ante los ojos de los demás. Ello trae como resultado dejar de escuchar a otras personas con puntos de vista diferentes y generando una pérdida de información valiosa al cerrar las puertas para recibir retroalimentación.
Es valioso empezar a activar nuestra mirada de aprendiz, reconociendo que en el momento de ponernos a disposición del otro para enseñar o aprender, no solo estamos participando en un acto de pertenencia que le da la vuelta al mundo, sino que estamos reconociendo que hay algo nuevo que puedo aprender y también algo nuevo por compartir, por enseñar desde la mirada de humilde servidor.
Relata un cuento conocido que una vez un botero que se dedicaba a cruzar personas al otro lado del río recibió a un intelectual como pasajero. Al poco tiempo de empezar la travesía el intelectual le pregunta al botero: «Oiga, ¿Alguna vez ha estudiado gramática o fonética?. El botero respondió humildemente que no. El intelectual replicó con soberbia: «¡Qué pena! Usted ha perdido la mitad de su vida». El viaje siguió y una hora después el bote chocó contra una roca y empezó a hundirse. El botero le preguntó al intelectual: «Oiga, ¿Alguna vez ha estudiado natación?» El intelectual, desesperado, respondió que no. Entonces el botero replicó: «¡Qué pena! En ese caso usted ha perdido toda su vida».
Historia ancestral de la filosofía sufí
Este es el mejor momento para trabajar en aquellas creencias del líder impuesto y empezar a despertar al humilde servidor que todos llevamos dentro.