¿Cuál es el aprendizaje que te regaló este 2021?
Este año también lo quiero cerrar escribiendo una carta especial contando un poco del aprendizaje que para mi significó el 2021: año de resiliencia y crecimiento.

Este año empezamos con la idea de que todo estaba cambiando, más adaptados a todo el contexto en el que juntos estamos viviendo. Enero lo empecé con sesiones de coaching individual para un equipo de 12 jefes, otros programas ya agendados, conociendo nuevos perfiles profesionales y continuando con los el programa de Profesionales con propósito, espacio que agradezco TANTO. Se aprende full de diferentes expertos que con entusiasmo comparten parte de sus conocimientos con nosotros. Tengo que admitir que hacer posible el concretar este programa es todo un reto cada vez se que se lleva a cabo. Al inicio de pandemia, eran muchos los perfiles profesionales que querían participar en webinars, charlas, en vivos, etc. Con el tiempo, a medida que todo se ha ido «regularizando», que nos hemos ido adaptando, son menos las personas que quieren «hacer cosas gratis» o están dispuestas a compartir a cambio de «nada»… al inicio me bajoneó un poco realmente, luego entendí que no necesariamente todos iban a tener una buena disposición para ser parte de este espacio. Me siento agradecida que ya estemos por programar la edición #13 y que sume a la vida personal y profesional de tantas personas. Hemos realizado +48 horas de aprendizaje gratuitas con un real sentido de contribución. La mejor retribución es trascender con el aprendizaje y hacer un circulo virtuoso. Siempre recordando que nada de lo que tenemos nos lo vamos a llevar. Un conocimiento que no se comparte, que no trasciende… es un conocimiento que no evoluciona.
En la carta anterior les contaba que tenía un familiar oncológico, mi suegro, que en febrero trascendió y nos dejó enseñanzas únicas. En él puedo ver el significado del amor verdadero más allá de lo que podría imaginar. Se hace presente con nosotros de mil y un maneras. Cuando hablamos de él aún se nos quiebra un poco la voz.

Después de todo lo que vivimos, entre idas y venidas a la clínica, entre los sustos, el fallecimiento y el duelo, me hice algunas preguntas como: ¿Qué me gustaría hacer que no he hecho hasta ahora?¿De que me arrepentiría si me tocara partir hoy? y algo que quería hacer hace mucho era viajar con mi mamá. A ella le gusta mucho el mar. Entonces, le escribí y le pregunté si quería viajar conmigo, coordinamos fechas, compré los pasajes y en abril nos fuimos a San Andrés. El viaje más hermoso de la vida.
En este tiempo no dejé de hacer sesiones de coaching individual, ni tampoco ninguno de los talleres corporativos ya programados. Cuido y respeto el proceso de cada coachee. Por supuesto, también me cuido a mi. Me hice algunas sesiones de biomagnetismo, liberación de emociones y alineación de chakras. Ya saben… cada quién con sus creencias en el proceso de sanar el alma.
En mayo parte de mi familia dio positivo al Covid-19. Hasta ese momento no había tenido familiares tocados por este bicho. Fue un golpe durísimo para todos ya que para ese momento aún no habían vacunas en nuestro país, lo que hacía que la enfermedad sea más complicada aún. Internaron a mi madrina como por 15 días. Familiares aislados. Fueron noches, días, madrugadas llenas de incertidumbre. Algunos días bien, otros no tanto. Gracias a Dios, al ángel Rafael y al biomagnetismo (a distancia) hoy ya se encuentran bien de salud y logramos superar esta etapa. Mis primas, mi mamá y mis tías también hicieron bio y liberación de emociones para poder afrontar la situación de la mejor manera posible. Compartí con ellas lo que a mi me hacía bien. Fueron pasando los días y en el mismo mes de mayo me operé los ojos, primera operación en la vida. Nervios pero hoy ya no tengo que usar lentes para ver. A fines del mismo mes, exactamente 1 día antes de mi cumpleaños me enteré que estaba embarazada. ¡NO LO PODÍA CREER! La noticia más hermosa que me está cambiando los días, la vida, el alma y el cuerpo a diario. Un cumpleaños distinto pero muy especial. Ese día también tuve taller y yo feliz de trabajar el día de mi cumple.

Honestamente, los síntomas del embarazo me limitaron los primeros 3 meses, ufff… me sentía fatal. Continuaba con las sesiones de coaching pero dejé de hacer videos y contenido constante para redes sociales… puntualmente para instagram ya que en Linkedin sí compartía contenido todos los días y seguía escribiendo en el blog. Sacaba fuerzas de donde ya no había. Con la bendición de la vida comencé a tener talleres corporativos online, yo feliz de poder acompañarlos: Bolsa de Valores, Procter & Gamble, Bolsa Laboral de Lima, ETC.
En agosto conocimos a los gerentes de Corpalen y llevamos a cabo el Programa de Habilidades Blandas a todo su equipo de líderes hasta Ancón 1 vez a la semana. ¡Un gran equipo humano! Todos culminaron este proceso muy agradecidos con la experiencia vivida y yo también agradecida de poderlos conocer.
En septiembre me casé por civil y volvimos a ver a parte de nuestra familia, en casa hemos tratado de ser lo más cuidadosos posible. Este mismo mes también nos enteramos del sexo del bebé: Mateo León. Yo pensé que iba a ser mujer y mi esposo pensaba que sería hombre. Finalmente, agradecidos que hasta ahora el embarazo vaya avanzando muy bien. En septiembre también se integró Mayra al equipo de trabajo para cuidar la experiencia de nuestros clientes. ¡Estamos felices de contar con ella!

Por otro lado, en el proceso del embarazo mantengo el mindfulness y el yoga todas las mañanas, ejercicios 2 veces por semana, 1 día natación y los domingos baile. Llevo un embarazo en actividad por mi bien físico y emocional, ya que ahora todo lo que hago y siento tiene un impacto directo en otra persona que vive dentro de mi.
En noviembre hicimos el último programa grupal del año de habilidades blandas: descubre el potencial que está dentro de ti. Siempre estos espacios son de agradecimiento y creo fielmente que llega a la vida de las personas justo en el momento que lo necesitan.
Hoy llegamos a diciembre con el corazón agradecido, más resiliente, fuerte y cuidando nuestra energía como el tesoro más preciado. Hemos enviado una cajita con detalles para algunos de nuestros clientes que ya han culminado o próximos a culminar sus proceso con nosotros. Esta vez ya no lo hice yo misma como el año pasado pues la barriguita tiene sus limitaciones también. Sin embargo, delegar esta actividad ayudó a que se pueda cuidar hasta el mínimo detalle.

¿Qué me deja este año?
- Antes de dedicarle tiempo al mundo exterior, dedicarle tiempo a mi mundo interior
- El darme cuenta que soy más fuerte de lo que creía
- Cuidar mi energía como el tesoro más preciado
- Seguir aprendiendo y capacitándome es clave
- Balance vida y trabajo es un reto
- No pedir nada, agradecerlo todo
- Cuidar y mantener cerca las personas adecuadas
- Llega a mi vida justo aquello que necesito para seguir con mi proceso de evolución
- Siempre recordar poner a disposición mi labor con un real sentido de consciencia y contribución
- La vida es un minuto, el minuto siguiente es un milagro
Esta carta es un tanto personal. Me gustará leerla el próximo diciembre. Te invito a escribir una carta de ti para ti contándote: ¿Qué le dirías a tu versión de hace un año? ¿Qué te regaló este 2021? ¡Deseo que tengas una bendecida navidad y un próspero año nuevo 2022!