MACA COACH PERÚ

Autoconocimiento: 4 dinámicas claves

Dedícale tiempo a la persona más valiosa que te va a tocar conocer en la vida

Muchas personas que llegan a los programas de coaching tienen la intención de ser mejores lideres, comunicarse de manera efectiva, tener una mejor llegada con las personas y más. Sin embargo, es valioso reconocer que un líder sin empatía no es un buen líder en definitiva. Antes de ser líder, es importante trabajar en la empatía: entender al otro sabiendo que tiene un mundo emocional diferente al mío. Para llegar a ese lugar, es importante la autogestión. Sin embargo, nadie puede gestionar lo que no conoce. Es aquí donde nace el autoconocimiento. El mejor punto de partida para empezar a ser y desde ahí el hacer, el tener y todo lo demás.

Entonces, es en este proceso que nos damos cuenta que no tienes que hacer y desde ese lugar ser. Sino va al revés. También nos damos cuenta que todo lo que la vida nos trae tiene una razón de ser (un propósito) y que ello no necesariamente es un objetivo: medible, alcanzable, realizable, tangible, etc.

Me encanta acompañarlos en sus procesos de desarrollo, en definitiva cada uno me trae un mensaje, un regalo. De algún modo, me identifico con cada uno, con cada historia y siempre creo en lo que son capaces de lograr. Cada persona que llega al programa es para mi como un diamante que aún no se reconoce como tal. Para mi son como un diamante que está envuelto en un pañito de juicios, críticas, observadores que no agregan valor y más. Para mi el paño nunca es más fuerte que el diamante que acaba de llegar.

Esta es la esencia del coaching, un proceso de aprendizaje de ti mismo o misma, de transformación y de crecimiento personal y profesional. El acceso a un nuevo nivel de pensamiento.

A continuación, quiero compartir contigo 4 frentes que será valioso le prestes atención. Cada uno de ellos con algunas dinámicas y preguntas claves para que puedas empezar con tu proceso desde ahora. Es valioso dedicarle tiempo a conocer a la persona más valiosa que te va a tocar conocer en la vida: tú.

1.Conocer tus emociones

Escoge un lugar cómodo y ahora piensa en algún momento donde hayas sentido las siguientes emociones, cierra los ojos y reconocer en qué parte del cuerpo se expresa:

  1. Tristeza
  2. Enojo
  3. Miedo
  4. Felicidad

¿Qué información te trae? Presta atención plena a este proceso. También puedes realizarlo frente al espejo y ver como tus gestos cambian. ¡Conócete! ¿Qué historia nos contamos cuando sentimos? El pensamiento activa más pensamientos. Se genera esa bola de nieve que no agrega valor. Si te agrega valor todo bien, pero si no… ¿Qué puedes hacer mejor? Cuando no suelto una emoción es porque entré en el foco narrativo.

Una invitación a empezar a mirar nuestras emociones como una fuente de información valiosa y trabajar en la relación con cada una de ellas.

2. Conocer tus oportunidades de mejora

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Es valioso pasar por un proceso de reconocimiento personal para validar: ¿Qué pilares te ayudan a surgir y dependen 100% de ti? (fortalezas), así como también ¿Cuáles son aquellos aspectos externos que son impulso para ti y agradeces estén presentes en tu vida? (oportunidades). Asimismo, validar ¿Cuáles son aquellos puntos que consideras que no te ayudan a surgir, pero no dependen de ti estén presente? (amenazas). Por último, aquellas oportunidades de mejora que depende 100% de ti atender (debilidades).

3. Conocer tus observadores (narrativa, creencias limitantes, programación)

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En cada sesión reconocemos que: tal como ves, tal como haces y desde ese lugar nace el resultado. No eres lo que haces, haces desde lo que eres (tus creencias, tus juicios, tus miedos, tu narrativa, ese mensaje que te repites con frecuencia). Por lo cual, es muy importante reconocer ¿Cómo estás viendo la situación? Si reconoces que hay un observador que no te agrega valor, entonces, ¿Cuál sería el mejor mensaje en esta situación?

4. Conocer tu propósito

Conectar, reconectar o reconocer cuál es tu propósito es clave. El rol del propósito es importante cuando va todo muy bien y cuando las cosas no van como nos gustaría, es como un ancla en nuestro cerebro que nos invita a seguir en marcha.

Ikigai es uno de los mejores concepto que llegó a mi vida y que comparto en mis programas y sesiones de aprendizaje. Conectamos con 4 pilares que comparto a continuación:

  1. Pasión: ¿Qué haces y sientes que se te pasan las horas volando?¿Qué te gustaría aprender y ser bueno en ello?
  2. Profesión: ¿En qué eres bueno?¿Cómo encuentras la manera para que te paguen por ello?
  3. Vocación: ¿Qué puedes hacer sintiendo que aportas valor al mundo y como puedes al mismo tiempo cobrar por ello?¿Qué te gusta hacer y que además inspira a otros?
  4. Misión: ¿Cómo puedes unir lo que amas hacer y ayudar a otros a crecer, a mejorar con ello?¿Qué es lo que amas hacer y con ello ayudar a crecer a otros?

Cuéntame, ¿Qué pilar agregarías tú? Estaré feliz de leerte. Te envío un abrazo

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