¿Cómo cuidar nuestra energía en un mundo tan dinámico?¿Cómo hacer para sentirnos tranquilos ante diversos cambios?
Hoy en día vivimos en un mundo lleno de información y expectativas (muchas veces irreales) de lo que nuestra vida debería ser, entonces vemos en redes sociales: el carro perfecto, el cuerpo perfecto, la casa perfecta, el viaje perfecto, la vida perfecta y más. Todas estas ideas aspiracionales hacen que, aunque estemos rodeados de cosas con las que ya podemos ser felices, muchas veces sintamos que necesitamos más, que queremos más, que tenemos que lograr más. Lo que trae como consecuencia: frustración, sentimiento inferioridad y de inseguridad. Lo que nos aleja de aquello positivo que sí queremos cerca.
Por supuesto que es importante tener metas, aspiraciones y objetivos en nuestra vida pero con un real sentido de consciencia para que todo aquello que aún no hemos logrado no opaque lo que sí y por lo que deberíamos sentirnos agradecidos.
Cuidar nuestra energía no significa tener una vida perfecta, ya que todos tenemos altos y bajos, es normal que algunos días nos sintamos más desmotivados que otros o un poco bajos de energía. Lo importante es qué hacemos al respecto para gestionar mejor esos momentos.
Con información podemos hacer las cosas mejor
Entonces, ¿Cómo podemos cuidar nuestra energía? A continuación, comparto 8 acciones concretas que puedes empezar a aplicar desde hoy o en el momento en el que tú así lo decidas:
1.Rodéate de personas positivas
Cuida de las personas con las que te relacionas a diario: con las que compartes temas de conversación, a las que les cuentas tus proyectos, con quien hablas por zoom/whatsapp recurrentemente, con quién hablas por teléfono, etc. No es lo mismo tener a alguien que genera impulso en tu vida a través de palabras de apoyo que alguien que trae a tu vida conflictos, ideas fatalistas o comentarios como: «no lo vas a lograr», etc.
Jim Rohn, escritor y motivador estadounidense, propone una formula de energía que dice que somos el promedio de las 5 personas que impactan en nuestro círculo inmediato.
Por lo cual, si nuestro entorno es positivo, amable, educado, exitoso, coherente, honesto, real y tantos otros valores o situaciones que podemos considerar como «sumas valiosas» a nuestra vida, es altamente probable que también seamos una de esas personas. Por el contrario, la percepción de nuestro «alrededor social» es negativa, llena de conflictos, desordenada, con tendencia al riesgo, con complicaciones de todo tipo, quizá estemos viviendo un entorno emocional con ciertos conflictos por resolver y aún si quiera nos damos cuenta que formamos parte de ello.
En los programas de desarrollo de habilidades blandas, antes de iniciar con la fórmula, evaluamos algunos puntos previos:
- ¿Qué impacto tiene tu energía en tu entorno?
- ¿Qué impacto tiene tu entorno en tu nivel de energía?
- ¿Es la persona o la situación que te eleva/baja la energía?
La energía positiva o negativa se propaga con facilidad. Las personas podemos contagiar a otros nuestra alegría, positividad y más o todo lo contrario. Por lo cual, es importante ser cuidadosos al elegir a las personas que dejamos entrar, alejar o acercar a nuestra vida.
2. No le des vuelta a los pensamientos negativos
Si en algún momento dado vienen a tu mente pensamientos negativos, distráela y llévala hacia otro lugar: una canción que te eleve la energía, lee un libro que te haga sentir bien, mira una película, memes en internet, videos chistosos, hablar con alguien sobre alguna anécdota que te de risa.
Los pensamientos negativos son como un espiral que va hacia abajo, piensas en ello y todas las posibilidades fatalistas entrando como en un «hoyo negro» y la única persona que te puede sacar de ahí eres tú mismo con la posibilidad de elegir la forma de salir de ahí.
Tener pensamientos recurrentes como «No me va salir bien», «No soy tan bueno», etc. No son tan potenciadores para tu sistema. Recuerda que tal como ves, tal como haces y desde ese lugar tienes el resultado. La manera en cómo estás hablándote a ti mismo de tus propias capacidades juega un rol importante en las decisiones y, por ende, en los resultados que tendrás en tu vida personal y profesional. Este es el mejor momento para empezar a cambiar el diálogo que no te agrega valor por uno que te genere impulso. No hay nada más «magnético» que una persona que piensa, sabe y siente que lo que hace lo hace bien y si no es así sabe que lo puede hacer mejor.
3. Baila y canta en voz alta
Mover la energía estancada para hacer posible que las cosas sucedan. El efecto que tiene la música en nosotros es increíble y nos puede acompañar para: hacernos felices, motivarnos, llenarnos de energía o por el contrario rabia, tristeza, melancolía. Es importante elegir el tipo de música que te eleve la energía.
Es un ejercicio que me encanta y disfruto todas las semana ya que es liberador y nos invita a reconectar con nuestro cuerpo de manera sencilla para sentirnos mejor sin muchos recursos adicionales. Todo lo que necesitamos reside dentro de cada uno de nosotros.
4. Cuida la información a la que te expones
¿Te has puesto a pensar que una información que te puede hacer daño a ti puede que sea relevante para otros o viceversa? Es valioso empezar a ser cuidadosos con la información a la cual nos exponemos por paz mental. Está en nosotros decidir si nos vamos a obsesionar con un tema hasta un punto que nos haga daño y nos desestabilice emocionalmente. El internet y las redes sociales puede ser super provechoso para nuestro crecimiento y productividad pero también puede traer como resultado todo lo contrario. De la misma manera otros medios de comunicación. Es importante que nosotros mismos pongamos el filtro de qué consumimos y qué dejamos de consumir.
5.Haz una descarga cerebral con frecuencia
Me encanta involucrar este punto en los programas de coaching individual. Escribir todos los pensamientos y verterlos en un papel. Es liberador cuando nos sentimos abrumados y con un desorden mental. Es más fácil organizarlos cuando lo tenemos en perspectiva para reconocer el punto de partida. Es una técnica super valiosa para liberarnos de pensamientos negativos o como hoja de ruta cuando tenemos muchas tareas, pendientes, objetivos, etc.
6. Mantén tu espacio organizado
Si tenemos desorden mental y el exterior también nos abruma, estamos sumando a nuestro caos mental. Es fundamental darnos el tiempo para ordenar nuestro espacio, abrir ventanas, botar lo que ya no utilizamos, etc. Aunque el proceso puede tomar tiempo pero ver el espacio organizado y poder tener control en las cosas materiales te llenará de satisfacción.
7. Realiza un diario de gratitud
Buscar razones para sentirnos agradecidos y cosas positivas que tenemos en nuestra vida. Un recordatorio constante de lo bueno que tenemos cerca. No podemos valorar lo que no reconocemos. Todos los días anotar 5 cosas por las cuales te sientes plenamente agradecido o agradecida. Finalmente, ese cuaderno te servirá como un lugar para recordar esos momentos de luz en días más grises. Agradecer cosas que te llenen el alma que van más allá de las satisfacciones materiales.
8. Evita compararte
Compararnos siempre trae como resultado sentimientos que no nos agregan valor: inferioridad, envidia, celos, rabia o arrogancia. Es mejor enfocarnos en nuestro propio proceso, en aquello que podemos potenciar o repotenciar y nos hace personas únicas.
Además, recuerda que con frecuencia estamos viendo la punta del iceberg del otro. No tiene sentido compararnos con algo que no es real al 100%. Con esto no te digo que lo que vemos de otros no sea real. A lo que me refiero es que lo que vemos de otros es solo un porcentaje de la totalidad de la vida de otra persona. No sabemos la realidad del otro. Te invito a que hagas el cambio de palabras: comparación por inspiración. No te compares, inspírate.
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