7 Claves para gestionar tu energía

Cuida tu energía como el tesoro más preciado. Lo que ves, haces, escuchas, tu entorno, tus decisiones, tu propósito.

A diario estamos inmersos en diversos roles que nos demandan energía, tanto en nuestro entorno personal como profesional. Es valioso reconocer que existen algunos puntos que podemos administrar mejor desde nuestra posición a modo de beneficiar nuestro nivel de energía y darle el máximo cuidado que requiere.

A continuación, compartimos 7 fuentes de energía que te invitamos a prestar atención y así reconocer tu gestión. La buena noticia de tener información y darnos cuenta, es que podemos hacer las cosas mejor a como las hemos venido haciendo hasta hoy.

1. Alimentación

Es muy importante alimentarse de manera saludable. Quizás no es algo nuevo, todos lo sabemos, pero que en la práctica a veces descuidamos. ¿Qué puedes hacer mejor? Trata de prestarle atención a tu alimentación si realmente tener la energía elevada te importa.

2. Ejercicios

Hacer ejercicios nos mantiene activos, nos despierta y nos genera energía. El ejercicios ayuda mucho para reducir el estrés y por ello nos eleva la energía. Sin embargo, es valioso recordar que todo extremo es malo, por lo que mucho ejercicio alguna veces agota.

¿Cuándo puedes empezar? Realizar al menos 30 minutos de ejercicio, puede hacer la diferencia. Ejemplo: saltar soga, bailar, ejercicios funcionales. Hoy existen muchas opciones en internet para hacer en casa. Aplicaciones, clases virtuales de baile, de los gimnasios por instagram, etc.

3. Dormir

Durante la noche nuestro cuerpo y mente recargan la energía utilizada durante el día. Cuanta más calidad tenga nuestro descanso, tendremos mejor disposición para empezar bien el día. Ya es sabido que para que el descanso sea reparador, son necesarias entre 7-9 horas de sueño. ¿Estás creando el espacio para invitar a tu cuerpo a descansar? Por ejemplo: apagar las luces, desconectar los artefactos, colocar el teléfono en modo avión y en un espacio lejos de tu cama.

4. Practicar atención plena

Prestar atención plena nos invita a conectar con todo lo que está pasando aquí y ahora. Generalmente nuestra mente está entre lo que pasó o lo que quisiéramos que pase. Esta es una invitación a traerla al momento presente. ¿Cuándo puedes empezar? Prestar atención plena ayuda a recargar energía y también ayuda a gestionar el estrés. Puedes prestarle atención a tu respiración. La oxigenación es el nutriente más importante de la sangre.

A continuación comparto una guía práctica de 5 pasos simples según el libro de Inteligencia Emocional – Resiliencia de Harvard Business Review:

  1. Encuentra un lugar tranquilo y a solas donde puedas evitar las distracciones durante unos minutos. Por ejemplo, enciérrate en tu oficina y silencia el teléfono.
  2. Siéntate cómodamente, la espalda recta pero relajada.
  3. Concentra tu conciencia en el acto de respirar, permaneciendo atento a las sensaciones de la inhalación y la exhalación, y empieza de nuevo con cada nueva respiración.
  4. No juzgues tu respiración ni trates de cambiarla de ninguna manera.
  5. Considera todo lo que venga a la mente como una distracción (pensamientos, sonidos, cualquier cosa). Deja que se vaya y presta atención nuevamente a tu respiración.

5. Tu entorno

Jim Rohn, escritor y motivador estadounidense, propone una formula de energía que dice que somos el promedio de las 5 personas que impactan en nuestro círculo inmediato.

Por lo cual, si nuestro entorno es positivo, amable, educado, exitoso, coherente, honesto, real y tantos otros valores o situaciones que podemos considerar como «sumas valiosas» a nuestra vida, es altamente probable que también seamos una de esas personas. Por el contrario, la percepción de nuestro «alrededor social» es negativa, llena de conflictos, desordenada, con tendencia al riesgo, con complicaciones de todo tipo, quizá estemos viviendo un entorno emocional con ciertos conflictos por resolver y aún si quiera nos damos cuenta que formamos parte de ello.

En los programas de desarrollo para ejecutivos que realizamos, antes de iniciar con la fórmula, evaluamos algunos puntos previos:

  1. ¿Qué impacto tiene tu energía en tu entorno?
  2. ¿Qué impacto tiene tu entorno en tu nivel de energía?
  3. ¿Es la persona o la situación que te eleva/baja la energía?

Cuida tu energía como el tesoro más preciado.

6. Actitud

La actitud que tienes en la vida marca la diferencia en lo que piensas, dices, haces, atraes,etc. Por lo cual, trabajar en una actitud positiva y enfocarse en ser solidario y ayudar a solucionar problemas o conectar con las oportunidades puede elevar nuestra energía. ¿Que actitud tienes con frecuencia? Donde pones tu atención va tu creación.

7. Propósito

Conectar, reconectar o reconocer cuál es tu propósito es clave. El rol del propósito es importante cuando va todo muy bien y cuando las cosas no van como nos gustaría, es como un ancla en nuestro cerebro que nos invita a seguir en marcha.

Esta última quizás sea la fuente de energía más poderosa en la vida de una persona.

Ikigai es uno de los mejores concepto que llegó a mi vida y que comparto en mis programas y sesiones de aprendizaje. Conectamos con 4 pilares que comparto a continuación:

  1. Pasión: ¿Qué haces y sientes que se te pasan las horas volando?¿Qué te gustaría aprender y ser bueno en ello?
  2. Profesión: ¿En qué eres bueno?¿Cómo encuentras la manera para que te paguen por ello?
  3. Vocación: ¿Qué puedes hacer sintiendo que aportas valor al mundo y como puedes al mismo tiempo cobrar por ello?¿Qué te gusta hacer y que además inspira a otros?
  4. Misión: ¿Cómo puedes unir lo que amas hacer y ayudar a otros a crecer, a mejorar con ello?¿Qué es lo que amas hacer y con ello ayudar a crecer a otros?

¿Para qué necesito cuidar mi energía?
Para aprender, hacer, cambiar y adaptarme. Pensar, decir, dar y amar.

Les envío un abrazo.

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